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4. La providencia

Dios nunca nos abandona, pues hasta se acuerda de las flores y los pájaros del campo. El Padre Ernesto, nos recuerda que si somos hijos pequeños de Dios, hemos de comportarnos con confianza y evitar preocuparnos por las cosas de este mundo. Un cristiano se ocupa de sus responsabilidades, pero jamás se preocupa porque sabe que Dios lo cuida.

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